El otro yo
Este texto narra la historia de un chico común llamado Armando que tenía una peculiaridad: poseía otro yo. Mientras Armando era vulgar y corriente en todos los aspectos, su otro yo era poético, se enamoraba de las actrices, mentía con cautela y se emocionaba con los atardeceres. Esta dualidad hacía sentir incómodo a Armando frente a sus amigos. El otro yo de Armando era melancólico, lo cual impedía que Armando pudiera ser tan vulgar como él deseaba. Un día, Armando llegó cansado a casa, se quitó los zapatos, se relajó y se durmió con la radio encendida. Al despertar, se encontró con que su otro yo lloraba desconsoladamente. Inicialmente, Armando no supo cómo reaccionar, pero luego insultó severamente a su otro yo. Este no dijo nada, pero al día siguiente se había suicidado. La muerte de su otro yo fue un duro golpe para Armando, pero pronto pensó que ahora podría ser completamente vulgar, lo cual lo reconfortó. Después de solo cinco días de luto, Armando salió a la calle con la intención de lucir su nueva y completa vulgaridad. Sin embargo, cuando se encontró con sus amigos, estos no parecieron notar su presencia y comentaron lo fuerte y saludable que parecía. Esto provocó que Armando dejara de reír y experimentara una sensación de ahogo en el esternón que se asemejaba a la nostalgia. Sin embargo, no pudo sentir verdadera melancolía, ya que toda la melancolía se la había llevado su otro yo.
Cuando sus amigos no lo notaron y dijeron ese comentario, el muchacho sintió un vacío, pero no un vacío necesariamente malo, era un vacío de conciencia, se empezaba a dar cuenta de lo que realmente sucedía. El otro yo, era realmente él, él era el que debía denominarse “otro”, porque en el fondo, nunca se sintió completo siendo vulgar, mas, siempre era en presencia de su “otro yo” que se sentía así.
Con el paso de los días su cuerpo se sentía más ligero, no sentía el afán de comer, beber, ir al baño siquiera, ya no sentía sabores, olores, ni nada. Al séptimo día su cuerpo se desvaneció por completo, llevándose toda vulgaridad con él.
Análisis
En el cuento "El Otro Yo", se nos presentan diferentes aspectos de los personajes. El protagonista, Armando, es retratado como un chico común, con comportamientos ordinarios y vestimenta sencilla. Sin embargo, experimenta una inquietud ante la presencia de su Otro Yo, quien posee una naturaleza poética, melancólica, a diferencia de la actitud vulgar que quiere Armando. Esto sugiere que Armando anhela una vida más normal y plana, y que se siente incómodo con su lado emocional y profundo.
El Otro Yo de Armando se manifiesta como alguien melancólico y poético que genera conflicto en su interior. La historia revela que Armando se sentía muy incomodado por su “Otro Yo”, por eso; cuando este último llora de manera desconsolada, Armando lo insulta y, como resultado, el Otro Yo sé suicida. Esta acción pone de manifiesto que Armando no comprende ni acepta las emociones y la sensibilidad.
Tras la muerte del Otro Yo, Armando se siente con la idea de poder ser completamente vulgar. Sin embargo, al pasar junto a él, sus amigos no lo reconocen y comentan sobre su apariencia saludable y enérgica, y como lo extrañan, lo cual hace que tenga un sentimiento de nostalgia similar a la melancolía que había recién perdido.
En resumen, el cuento revela que Armando es un personaje común y corriente, pero también alberga un Otro Yo melancólico y poético. La falta de aceptación y comprensión de su propia dualidad emocional conduce a la muerte de su Otro Yo, dejándolo vacío y privado de la capacidad de experimentar una melancolía auténtica.
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